Vivir
en un entorno saludable es algo que todos deseamos; sin embargo, muchas veces
se presentan problemas que afectan el bienestar de las personas, en especial,
de los adolescentes y jóvenes. Vivir saludablemente no solo significa estar
libre de enfermedades, si no que las personas podamos llevar una vida plena, es
decir, tener la posibilidad de desarrollar una buena autoestima, estar rodeados
de un ambiente donde exista afecto y relaciones armoniosas, que sea agradable,
limpio y seguro. Una vida saludable implica también tener acceso a espacios de recreación,
ocupar el tiempo libre de manera productiva; en general, tener la oportunidad
de gozar de todo aquello que nos procure bienestar y crecimiento personal y social.
Para
lograrlo; se requiere la participación de todos los actores de la sociedad. Por
ello, los adolescentes tienen la responsabilidad, como todos los ciudadanos, de
aportar y emprender acciones que contribuyan a la salud, el bienestar y el
desarrollo humano.